Las aplicaciones modernas se originan por el desarrollo de la nube y se crean con patrones de arquitectura basados en microservicios. Desde una perspectiva empresarial surgen para cubrir la necesidad de mantener los aspectos de innovación, rendimiento, seguridad y fiabilidad de una manera más rápida, con una mayor libertad tecnológica y flexibilidad financiera.

Los microservicios dotan a las aplicaciones de una mayor autonomía y especialización, ya que estos están diseñados para resolver problemas concretos y atomizados, de tal forma que no influyen ni perjudican el funcionamiento global de la aplicación.

Apoyados en arquitecturas de microservicios desarrollamos aplicaciones a medida personalizadas y ofrecemos servicios de interconexión de programas que no están vinculados entre sí pero que requieren una comunicación ágil entre ellos.

Nos apoyamos en modelos metodológicos ágiles para aportar valor desde los primeros entregables.